Promigas presentó el segundo informe del Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE). Esta versión introduce un análisis municipal, una poderosa caja de herramientas para la toma de decisiones frente a desafíos de un país con desequilibrios geográficos en esta materia.
En el último año, 314.510 personas superaron esta situación, al pasar la pobreza energética del 16,9 % (2022) al 16,1 % (2023).
Vientos a favor y en contra: hubo avances importantes en los indicadores para aprender y comunicarse, pero un retroceso en el indicador de calidad de la energía eléctrica.
En 2023, Promigas conectó más de 159.000 usuarios residenciales a gas y electricidad en Colombia. A través de su programa de financiación no bancaria, Brilla, se otorgaron 458.000 nuevos créditos ($1,18 billones) para financiar acceso a dispositivos que contribuyen a la disminución de la pobreza energética.
En el marco de la agenda de la COP 16, Promigas presentó los resultados de la segunda edición del Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE) con datos 2023, un innovador instrumento de medición que evidencia las privaciones energéticas que afectan a la población colombiana.
El informe reveló que 8,4 millones de personas, equivalentes al 16,1 % de la población, aún enfrentan pobreza energética, lo que resalta las desigualdades en el acceso y la calidad de los servicios de energía eléctrica en diferentes regiones del país. Sin embargo, el análisis también destaca un avance positivo: en el último año, 314.510 personas superaron esta condición, al pasar la pobreza energética del 16,9 % en 2022 al 16,1 % en 2023.
Desde su primera publicación, en septiembre de 2023, el IMPE ha visibilizado la importancia de la energía como habilitador de bien-estar, al ir más allá de los índices tradicionales de pobreza en el país. Este índice, desarrollado por Promigas, Fundación Promigas e Inclusión SAS, va más allá de una medición: es una herramienta de planeación y política pública que permitirá orientar decisiones estratégicas para cerrar brechas energéticas.
Al respecto se refirió Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas: “Este camino recorrido con el IMPE nos ha permitido identificar dónde están las mayores brechas en materia de pobreza energética y cómo podemos actuar para reducirlas. Nuestra meta no es solo conectar hogares con energía, sino asegurar que esa energía se transforme en bien-estar para las personas. En un año marcado por vientos a favor y en contra, el reto es conectar la ‘última milla’ para lograr un desarrollo energético justo y sostenible; por eso con el IMPE hicimos zoom y, además del análisis departamental, incluimos una medición a nivel municipal, convirtiéndolo en una caja de herramientas para la toma de decisiones en PRO de reducir la pobreza energética en los territorios más vulnerables”.
El IMPE municipal es un valor agregado clave para enfrentar los desafíos de un país con desequilibrios geográficos. Con información precisa y actualizada, esta herramienta de alta resolución nos indica dónde y cómo actuar. Reducir la pobreza energética exige precisión: cada municipio tiene su propio perfil, proporcionando las claves para transformar el bienestar energéticode los hogares.
Lo anterior es una necesidad latente, ya que el 68 % de los municipios de Colombia, en total 759, tiene más del 20 % de su población en situación de pobreza energética.
Principales hallazgos: vientos a favor y en contra
El IMPE reveló que hubo avances importantes en los indicadores de la dimensión “aprender y comunicarse”, pero estancamiento en el indicador “acceso a energía eléctrica” y retroceso en el indicador de “calidad de la fuente de energía”.
El logro más destacado del último año fue la mejora global en el acceso a internet de los hogares: la privación de este servicio se redujo del 38,3 % a 33,8 % de la población.
El cambio de trayectoria en el mejoramiento de la calidad de la energía eléctrica fue el principal viento en contra de la reducción de la pobreza energética; la privación en este indicador se agudizó en el último año: el número de personas sin calidad de energía pasó de 7 a 8,3 millones, reflejando un incremento en la privación de 2,2p. p. (puntos porcentuales).
El objetivo de conectar a la última milla requiere un mayor impulso: la privación en un energético adecuado para cocinar se redujo en 0,4 p.p. (131.000 personas) y en acceso a energía eléctrica se redujo en 0,1 p.p. (62.000 personas).
Otros de los resultados que destaca el IMPE es que la pobreza disminuyó para las zonas rurales cercanas a las zonas urbanas y para las ciudades intermedias, pero no para los grandes centros urbanos ni para las zonas rurales remotas.
Compromiso de Promigas con la inclusión energética:
Durante 2023, Promigas conectó 159.000 nuevos usuarios a gas natural y electricidad, beneficiando alrededor de 700.000 personas, permitiendo que 3.136 hogares colombianos (cerca de 12.000 personas) abandonaran el uso de leña y carbón como combustible para cocinar.
A través del negocio inclusivo de financiación no bancaria Brilla, se otorgaron $1,18 billones en nuevos créditos; el 44 % de las colocaciones se destinaron a la financiación de dispositivos que permiten la reducción de pobreza energética, tales como gasodomésticos, televisores, neveras, celulares, y computadores.
Finalmente, con una inversión social de $40.596 millones, la Fundación Promigas lideró proyectos en 114 municipios, promoviendo el desarrollo económico incluyente en Colombia.
Con información fotos y video de Promigas