
Un duro golpe de autoridad a las falsas narrativas, la influencia mediática malintencionada, los movimientos antisionistas y la injusticia de la Corte Penal Internacional propinó esta semana el presidente de Hungría Viktor Orbán, al recibir con honores al primer ministro de Israel BenjamínNetanyahu, en Budapest.
La acertada decisión del mandatario europeo, de acoger al premier del pueblo hebreo en su país obedece a su correcto sentido de la coherencia, con la historia y bajo el temor de DIOS. Es una decisión de máximo respeto, reconocimiento y consideración con la ejemplar figura de un líder mundial, esforzado, honesto y valiente.
Todo el ataque que recibe el primer ministro israelí es el resultado de su determinación de acabar con la amenaza latente del terrorismo cobarde que acecha a la nación santa, la que juró defender.
El presidente Orbán desafió las falsas acusaciones que persisten en contra del primer ministro israelí en el mundo entero y tomó la decisión de invitarlo a su país el pasado 22 de noviembre, un día después de que la Corte Penal Internacional emitiera una absurda orden de detención en su contra, por el hecho de proteger a su pueblo del terrorismo de Hamas.
En efecto, la vergonzosa medida de la CPI, no es más que una profunda postura política bajo presión del poder mundial antisionista.
Mientras el Tribunal insiste en promover de forma injusta la detención del jefe de estado israelí, siniestros personajes como Vladimir Putin, Xi Jinping, Kim Jong Un, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel, siguen cometiendo genocidio sin que los magistrados de la corte se preocupen por emitir un solo juicio.
Hablar de Benjamín Netanyahu es hacer alusión a un verdadero héroe de guerra, a un oficial destacado en las diversas acciones militares en las que intervino como integrante de las Fuerzas de Defensa de Israel, como en la guerra de los Seis Días en 1967 y en la guerra de Yom Kipur en 1973, entre otras jornadas victoriosas.
Durante su visita a la hermosa Budapest, el primer ministro coincidió con la comunidad judía en la Sinagoga de la capital húngara, en donde tuvo la oportunidad de compartir una breve intervención ante los asistentes.
Netanyahu, tras agradecer la hospitalidad por parte de las autoridades de Hungría, inició su discurso evocando el papel que desempeñó en el Siglo XIX el intelectual judaico, austro-húngaro, Theodore Herzo, quien lideró el proceso de transformación del pueblo hebreo y propuso la creación de un estado judío.
“Aquí, en 1860 comenzó el renacimiento del pueblo judío con el nacimiento, no muy lejos de aquí, de nuestro moderno Moisés, Theodore Herzo”.
Según Netanyahu, Herzo pronosticó el desarrollo y auge del estado santo, al que visionó como una joya brillante de la ciencia, de la tecnología y del progreso.
El primer ministro igualmente recordó la profecía emitida por Herzo. “habrá un estado judío en 50 años, el cual será una fuente de sabiduría humana, y esto sucedió”.
El milagro de Israel no se detiene. Aunque fuerzas oscuras insistan en destruir el crecimiento de la nación vaticinada por el profeta Isaías, el legítimo pueblo de DIOS se sostendrá. Por esto mismo hombres como Benjamín Netanyahu son ungidos por el poder de Jehová de los Ejércitos, para guiar los caminos de Israel. El presidente Orbán lo sabe y por eso prefirió honrarlo.